Desde tiempo atrás, el gobierno inglés ha utilizado una estrategia fiscal para atraer individuos extranjeros con capacidades especiales a establecerse en el Reino Unido. Estas normas fiscales, conocidas como "non-dom" (no domiciliado), tienen como objetivo que estas personas ayuden al desarrollo económico del país a través de sus inversiones y mediante la creación de puestos de trabajo locales.

Comprometido a mantener este objetivo, el gobierno inglés sostiene que las reglas que aplican a los "non-dom" tienen un peso importante en la competitividad internacional del sistema fiscal inglés. No obstante, tiene previstos cambios sustanciales en la manera en que los "non-dom" tributan y restringirá el estatus de "non-dom" a aquellos individuos que lo soliciten estrictamente para fines fiscales. Para esto último, la reforma introduce una regla de "domicilio presunto" (deemed domicile), cuyo propósito es evitar que los individuos que viven en el Reino Unido por un largo período puedan solicitar el estatus de "non-dom" únicamente con fines fiscales. Esta medida deroga la permanencia del estatus de "non-dom".

Gran parte de los individuos "non-dom" que vienen al Reino Unido se trasladan a otro país al cabo de pocos años de haberse establecido allí y no se verán afectados por las reformas.

Las nuevas normas también evitarán que individuos nacidos en el Reino Unido y que viven allí al nacer puedan reclamar el estatus de "non-dom" y acogerse a su normativa.

Una vez estos cambios sean efectivos, aquellos individuos que hayan vivido en el Reino Unido por un periodo de 15 años durante los últimos 20, pagarán impuestos ingleses sobre sus ingresos y ganancias personales obtenidos de fuente extranjera; es decir que pagarán impuestos sobre su renta mundial, tal como lo hace una persona residente en el Reino Unido.

Estos cambios serán efectivos a partir de abril 2017.